En un mundo donde la automatización, las plataformas digitales y otras innovaciones están cambiando la naturaleza fundamental del trabajo, entender todos estos cambios y valorar su evolución puede ayudar a los líderes y trabajadores a avanzar.
Un estudio de GMI (Global Mckinsey Institute) trata de valorar desde una perspectiva realista las probabilidades de la automatización del empleo en un futuro cercano. Según señala el informe el mundo laboral está en un estado de flujo como consecuencia de factores tales como:
1. La creciente polarización de oportunidades en el mercado de trabajo, entre empleos de alta y baja cualificación; el empleo y desempleo; y el estancamiento y desigualdad en los ingresos
2. Los efectos de la migración sobre el empleo, que lo han convertido en un tema político sensible a muchas economías desarrolladas.
3. El desarrollo de la transformación digital, que avalada por tecnologías como la robótica y la inteligencia artificial están potenciando la automatización y la promesa de una mayor productividad, eficiencia, seguridad y crecimiento económico.
Pero ¿realmente es posible que la automatización sea el futuro laboral cercano? Según el informe del GMI, las nuevas tecnologías tienen el potencial de revertir gran parte de lo que sabemos hoy sobre cómo trabajan las personas. Si bien desde la Revolución industrial el cambio tecnológico ha reformado continuamente el lugar de trabajo, la velocidad de desarrollo de las tecnologías de automatización, cuestiona cómo puede afectar al mundo del trabajo sin precedente alguno. En este sentido, muchas actividades laborales realizadas hoy podrían en un futuro próximo ser automatizadas.
Pero ¿hasta qué nivel esto es factible? Según la investigación realizada por el MGI en 46 países que representan alrededor del 80% de la fuerza de trabajo global, la proporción de ocupaciones que pueden ser completamente automatizadas con la tecnología, es en realidad, bastante pequeña, menos del 5% . Sin embargo, si atendemos a la probabilidad de una automatización parcial, ésta afectaría no sólo a un colectivo de trabajadores, sino que afectaría a casi todas las ocupaciones en mayor o menor grado, desde trabajadores de fábrica hasta directores generales. Lo que significa que la mayoría de las ocupaciones cambiarían y que más gente tendrá que trabajar con la tecnología.
Por otro lado, el informe también señala que a medida que evoluciona la tecnología y adquiere mayores capacidades de rendimiento que coincide o supera a las humanas, el proceso de automatización se acelera. Sin embargo, que en términos técnicos sea factible la automatización no es una consecuencia directa para que el lugar de trabajo sea automatizado.
Para poder valorar la posible automatización laboral, es necesario atender a varios elementos, entre ellos pero no sólo, el potencial técnico.
Así pues, para que la automatización laboral deje de ser ciencia ficción y se convierta en realidad, será necesario atender a factores tales como:
a) El coste de desarrollar y desplegar el hardware y el software para hacer posible la automatización
b) La dinámica de la oferta y la demanda de trabajo. Si existen suficientes trabajadores con las habilidades requeridas en el mercado y constituyen un menor coste que la automatización, ésta podrían ralentizarse.
c) Los beneficios de la automatización. Para que esta se produjera, los beneficios que debería reportar, deberían ir más allá de la sustitución de la mano de obra. Incluyendo aspectos tales como un alto nivel de producción, mejorar calidad y menos errores y mayores habilidades y capacidades que las humanas
d) Las cuestiones normativas y sociales. Por último y no por ello menos importante, la automatización laboral no será una realidad sino se pondera éticamente previamente el grado en el que las máquinas son aceptables en un entorno determinado.
En definitiva que técnicamente sea posible la automatización laboral, no convierte a este proceso en una realidad. Tal como concluye el informe, es posible que pueda llevar al menos dos décadas que la automatización alcance el 50% de todas las actividades laborales actuales. Lo que nos sitúa a mitad de camino entre la ciencia ficción y la realidad.