Vivimos insertos en un contexto de cambio, donde el desarrollo tecnológico y la digitalización ponen de manifiesto hasta qué punto se está produciendo una transformación del lugar de trabajo.

Si bien hace unos días os hablábamos de las probabilidades de la automatización del empleo y de la sustitución de muchas de las tareas que realizamos actualmente, por máquinas autónomas e independientes. Hoy queremos hacer hincapié, en el concepto amplio de “transformación del lugar de trabajo”, atendiendo a uno de sus aspectos claves: el bienestar laboral.

Según la Organización Mundial de la Salud, un 25% de nosotros a lo largo de su vida sufrirá un problema de salud mental. Y aquellos que no lo sufran, casi seguramente, en algún momento, se enfrentarán a situaciones de mucho estrés o incertidumbre, pudiendo afectar a su bienestar. Asimismo, la Agencia Europea de Salud y Seguridad en el Trabajo estima que entre un 50 y un 60% de los días de trabajo, que se pierden anualmente, se deben a causas relativas al estrés. Por ello, el bienestar laboral es una responsabilidad de todos.

Ahora bien ¿cómo lograrlo?

Esta es una pregunta que cada vez resulta menos indiferente a las organizaciones. La felicidad de los empleados es un elemento clave de las compañías, que entienden que la satisfacción de las necesidades de sus Equipos permite que desempeñen mejor su trabajo, se incremente su rendimiento y mejore sus resultados.

Desde esta perspectiva, el bienestar no se refiere únicamente a la salud personal, mente y cuerpo, sino también a las relaciones que los trabajadores establecen entre sí y con el resto de la sociedad.

Capacitar a las personas para invertir en sus relaciones personales, reporta mayor renovación, satisfacción laboral y personal y un mayor bienestar general. Algunos estudios demuestran que quienes se comprometen en sus funciones y logran mantener en equilibrio, todos los aspectos vitales, tienen mejores resultados laborales.

Por ello, es fundamental para el futuro, que las compañías proporcionen a sus equipos las herramientas que les permitan progresar y desarrollar la mejor versión de sí mismos, empoderándoles para alcanzar sus objetivos y mejorar sus resultados.

Los equipos están conformadas por personas, dentro y fuera del ámbito laboral. Por lo que es crucial sentar las bases de una cultura de transparencia, confianza e inclusión, que les permita integrar sus necesidades y sentir que sus necesidades son incluidas en el ámbito laboral. Incrementar el sentimiento de pertenencia y de escucha activa es clave para mejorar su rendimiento y a su vez, potenciar los resultados de la compañía.

Si apostamos  por una cultura empresarial positiva, concibiendo a las personas como un todo y ayudándoles a combinar su  vida laboral y personal, incrementaremos la motivación con sus responsabilidades,  mejoraremos su rendimiento y obtendremos los mejores resultados.