Es una de las principales cuestiones que inquieta a cualquier compañía, que quiere trabajar con profesionales que lideren a sus equipos desde el bienestar y no desde la imposición. La búsqueda de la nueva generación de líderes es fundamental para lograr los mejores resultados. De ahí los esfuerzos incansables que se suelen dedicar para detectar, sistemáticamente, el talento, que a menudo, pasa desapercibido dentro de la propia compañía.
Detectar los auténticos líderes de una organización es clave a la hora de marcar diferencias, puesto que pueden contagiar sus cualidades y crear equipos de Alto rendimiento. La mayoría de las organizaciones cuentan con mayor poder de liderazgo interno de lo que reconocen. Sin embargo, descubrir el talento oculto de una organización es una ardua tarea, porque estos individuos suelen permanecer invisibles a los procesos convencionales.
¿Cómo conseguirlo?
En un estudio reciente Mckinsey indica, que los grandes líderes se caracterizan por cualidades como la integridad, la colaboración y una clara orientación de atención al cliente y a los resultados.
¿Podemos detectar estos perfiles?
No siempre es sencillo. Nos encontramos ante líderes que pueden ser pasados por alto por prejuicios de género, raciales…etc.; o ante personas que no hacen visibles sus logros por cuestiones personales, o no han desarrollado aún todo su potencial. Además, a menudo, el talento puede quedar disipado por el exceso de burocracia y procedimientos, lo que dificulta el contacto interdepartamental y la detección del talento.
¿Cómo detectarlos?
Según apunta Mckinsey en su análisis, detectar el talento intrínseco de una compañía requiere de “enfoques más proactivos que alienten a los líderes a identificarse y a encontrar nuevas formas de aprovechar sus entornos y su equipos de trabajo”.
Para ello es fundamental entender el liderazgo desde un punto de vista horizontal, transparente y equitativo, que convierta a la organización en la verdadera protagonista en la detección y retención de su talento. Otorgándoles, paulatinamente, tareas de mayor exigencia, potenciando sus capacidades y ofreciendo oportunidades para demostrar sus habilidades.
Nos encontramos ante un nuevo liderazgo basado en la colaboración, la transparencia, la comunicación asertiva y la inteligencia emocional. En otras palabras un neo-lider cuyo éxito se sustenta en el reconocimiento compartido.